Este curso lo hemos empezado de una manera diferente. El primer día de clase los alumnos no tuvieron que escuchar o decidir cuáles eran las normas de clase... En nuestra clase "no" hay normas, hay CÓDIGOS. Somos "superagentes" especiales, detectives, investigadores, científicos... Cada día tenemos unas misiones que cumplir y con ellas, A VECES, se obtienen diferentes recompensas.
Aquí os enseño un cuento que escribí y con el que nuestros alumnos encendieron el modo "quiero aprender" desde el primer día.
Los códigos irán cambiando a lo largo del curso, en función de las necesidades que aparezcan.
En clase tenemos un detective al que debemos ayudar y el que nos va marcando nuestras misiones, que no son otras que las asignaturas que vamos trabajando, pero disfrazadas con un poquito de emoción e intriga. De esta manera los alumnos que tengan necesidades de organización espacio-temporal (y los que no las tengan) se sentirán más tranquilos y más seguros sabiendo qué hacemos y qué vamos a hacer a cada momento.
Las imágenes de las diferentes asignaturas son el "recorrido" que vamos haciendo a lo largo del día hasta llegar a la recompensa, la cual puede ser alguna de las cuatro de la parte de abajo del mural: sorpresa, cajas misteriosas (de las que os hablaré otro día), uso de tablets u ordenadores y mi preferida: entrenamiento del cerebro (jeje); no soy partidaria de recurrir siempre a las recompensas y además a veces no da tiempo... para días así, estamos todos de acuerdo en que la mayor recompensa es haber entrenado nuestro cerebro para que sea más fuerte y grande.
Si hay algo que me llena de orgullo y satisfacción es hacer todo lo que esté en mis manos por facilitarle el aprendizaje a un niño, y eso es lo que intento. ¡Qué suerte tengo de poder hacer lo que me gusta!
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